CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. FIN DE CICLO PARA LA PRENSA MEXICANA
brujulam [brujulam] Fin de ciclo para la prensa mexicana: El mundo del chayote y corruptelas en los medios mexicanos. los que hablan de "libertad de prensa

FIN DE CICLO PARA LA PRENSA MEXICANA


 LOS AJUSTES DEL GOBIERNO AL GASTO EN PUBLICIDAD Y LOS CAMBIOS DE LA
INDUSTRIA CREAN LA TORMENTA PERFECTA PARA CIENTOS DE PERIODISTAS

 LUIS PABLO BEAUREGARD 
 México 3 MAY 2019 - 09:21 CDT 

 Sobre el escritorio de un encargado de comunicación de una Secretaría
de Estado mexicana descansa una pila de presentaciones de varios medios
de comunicación. Son documentos que hablan de tirajes, ventas,
seguidores en Twitter y amigos en Facebook. Papeles que presumen la
influencia de periódicos, revistas, grupos radiofónicos y pequeñas y
desconocidas publicaciones que ofrecen sus servicios. Cada pieza en el
altillo es una esperanza por dar un pellizco al apetitoso pastel de la
publicidad del Gobierno mexicano, que en el sexenio de Enrique Peña
Nieto [5] (2012-2018) sumó 60.000 millones de pesos, unos 3.000
millones de dólares, según cifras oficiales de la Secretaría de la
Función Pública (SFP). Y, de acuerdo con el presupuesto de 2019, el
Gobierno de Andrés Manuel López Obrador [6] repartirá en publicidad
durante su primer año unos 4.200 millones (222 millones de dólares),
lo que permitirá a varias redacciones mantenerse a flote en un
complicado momento para los medios.

 _El Universal_, uno de los periódicos más leídos del país con un
tiraje diario de 119.000 ejemplares, según la Agencia Certificadora y
Gestora de Medios, una compañía privada contratada por la publicación
hace un par de años, propone en su presentación a los funcionarios del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cursos de _media
training_, reportajes, encuestas y crónicas a la medida. El medio, que
dice tener 364.000 lectores diarios en papel y 16 millones de usuarios
únicos en Internet (febrero, Comscore), fue uno de los cinco más
beneficiados por el dinero público en 2018 tras haber recibido 313
millones (16,5 millones de dólares) de publicidad oficial, de acuerdo
con la información de comunicación social de la SFP.

 La cifra está lejos de los 1.200 millones (63.5 millones de dólares)
obtenidos por Televisa el último año de Gobierno de Peña Nieto. La
televisora de Emilio Azcárraga [7] fue la gran beneficiaria del
presupuesto público. En seis años de Gobierno del PRI recibió al
menos 9.900 millones de pesos, unos 530 millones de dólares, un monto
superior a lo que López Obrador invertirá para construir cuatro
hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el
arranque de su Administración. Vender publicidad al Gobierno
representó para la compañía 9,6 % de sus ventas netas en 2016 y el
7,9% un año después.

 A lo largo de los primeros meses de 2019, representantes de diversos
medios han desfilado por las oficinas públicas y los encargados de
comunicación han visitado a las organizaciones informativas. Este
cortejo, no exclusivo de México, en esta ocasión oculta los apuros que
viven varias redacciones, que se han visto obligadas a prescindir de
cientos de periodistas ante la promesa de Morena de limitar la
inversión a los medios.

 El viernes 8 de marzo, México se enteró de uno de estos despidos
masivos. Quince jóvenes periodistas de Huffington Post México
comunicaron en directo a través de sus redes sociales su despido de
Grupo Imagen Multimedia, el consorcio que lanzó en septiembre de 2016
la versión internacional número 15 de la plataforma de Ariana
Huffington. “Pues hoy cierra HuffPost México sin aviso ni nada”,
escribió Mauricio Lechuga, uno de los redactores despedidos. “Nos
quitaron accesos temprano con el pretexto de instalar un parche de
seguridad y ahora toda la redacción no tiene trabajo”, añadió en
Twitter. El equipo se quejó de que Imagen no pagó las liquidaciones
que les correspondían, lo que los hizo virales en las redes entre
contenidos del día de la mujer. Antes de irse, abrieron la web con una
fotografía del equipo expulsado. “No nos fuimos, ¡nos fueron!”,
titularon.

 Grupo Imagen Multimedia es uno de los ejemplos de como los medios han
sufrido para adaptarse a una nueva realidad política. El conglomerado
fue uno de los más favorecidos por el Gobierno del PRI, que le ingresó
1.202 millones de pesos (63 millones de dólares) a su periódico
_Excélsior_ y otros 1.125 millones de pesos (59,5 millones de dólares)
a Imagen Televisión [10], una concesión que comenzó a funcionar en el
sexenio de Peña Nieto. Sin embargo, el resultado de las elecciones de
2018 no los favoreció. “Apostaron por José Antonio Meade [11] [el
candidato del PRI]”, asegura Laura Manzo, quien dirigió Huffington
Post México por poco más de dos años. Meade quedó en tercer lugar de
los comicios.

 Alejandro Aguirre, director de innovación de Grupo Imagen, admite que
en los últimos meses se ha despedido a más de 400 personas, el 25% de
su plantilla, en un plan de recortes confeccionado para afrontar el
futuro. El director general del grupo, Olegario Vázquez Aldir, es hoy
parte del consejo asesor empresarial de López Obrador [12] junto a
otros empresarios de medios de comunicación que, como él, fueron
beneficiados por el priísmo, como Bernardo Gómez, co-presidente de
Televisa, y Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas y
Televisión Azteca.
 López Obrador y Ricardo Salinas Pliego, en diciembre de 2018. MISAEL
VALTIERRA CUARTOSCURO

 Esta capacidad de adaptación no sorprende a quien se ha dedicado a
estudiar la influencia que tiene el dinero público en el periodismo
mexicano. “Es perverso. Los medios que viven de la publicidad oficial
adaptan sus líneas editoriales”, señala Justine Dupuy, investigadora
del centro de análisis Fundar. “Los medios no tienen colores
políticos sino que cambian sus colores con quienes dan el dinero”.

 “Definitivamente no es una situación normal”, dice Mayalen
Elizondo, una consultora en recursos humanos y planeación de fuerza
laboral, sobre la situación que viven los medios en México. El dinero
público había servido de línea vital a una industria que vive en
picada desde hace varios años. Esto había postergado el desastre. Sin
embargo, los medios también reportan que no solo el Gobierno cuida
mejor su dinero. El sector privado también ha disminuido la compra de
anuncios. Esto ha creado una tormenta perfecta que tiene a un buen
número de periodistas en la calle. “Hay muchos editores y periodistas
sin trabajo y muy pocas vacantes. La cosa está bien complicada”,
agrega.

 Los líderes del sector, como _El Universal_, también sufren esta
crisis. El diario recibió, en promedio, 274 millones de pesos (14,5
millones de dólares) cada año de Gobierno de Peña Nieto según datos
de la SFP. Tan solo en 2018, el último de la Administración pasada,
_El Universal_ ingresó 21 millones de pesos (1,1 millones de dólares)
solamente de la Secretaría de Gobernación (Interior). Con el cambio en
el poder ejecutivo llegó, en el periódico, el despido de cientos de
personas de la redacción, administrativos y empleados de la imprenta.
David Aponte, el director editorial, quien no confirmó el número de
despidos, rechazó que estos estén vinculados al cierre de la llave de
la publicidad gubernamental. “Todo tiene que ver con la reconversión
de la redacción a la plataforma digital” iniciada en 2018, dijo
Aponte a EL PAÍS.

 Estos son algunos ejemplos, de ninguna manera exhaustivos ante las
dificultades para obtener datos o la negativa de los responsables a
ofrecer explicaciones, que ayudan a ilustrar el delicado momento por el
que atraviesan televisiones, radios, periódicos y medios de Internet en
una crisis de la que nadie quiere hablar. No existen datos oficiales de
la situación. Este vacío dificulta el estudio de la industria para los
académicos interesados en las empresas informativas. “Esta opacidad
no es un descuido, es deliberada”, considera Carlos Bravo Regidor,
coordinador de la maestría en Periodismo del Centro de Investigación y
Docencia Económica (CIDE). “Es revelador que una industria dedicada a
exigir transparencia sea la menos transparente de las industrias”,
añade.

 UN PROBLEMA SIN RESOLVER

 El ejecutivo de Morena inyectará en los medios de comunicación
durante este año 4.258 millones de pesos, 225 millones de dólares.
Esto representa un 30% más de lo que presupuestó Peña Nieto en 2018.
Esto le ha traído críticas al Gobierno de izquierdas, que prometió
durante la campaña electoral del año pasado recortar 50% el rubro en
comunicación social. El Ejecutivo de López Obrador se defiende
diciendo que ese monto representa una reducción significativa desde los
8.900 millones (470 millones de dólares) que el PRI terminó ejerciendo
el año pasado en su imagen. El sobrejercicio en publicidad ha sido
común en los sexenios de Peña y su antecesor, Felipe Calderón [13],
quien gastó 56.300 millones de pesos en propaganda (2.978 millones de
dólares).

 Los expertos afirman que nada en los lineamientos publicados por el
Gobierno en enero impide que se rebase nuevamente el presupuesto.
“Estos lineamientos solo servirán para el Gobierno federal”, dice
Dupuy. La coordinadora del programa anticorrupción de Fundar explica
que los 32 Gobiernos estatales aún pueden apoyarse en la prensa para
vender sus logros. “Se tiene que hablar de los criterios para asignar
la publicidad oficial”, afirma la analista, quien recuerda que una ley
que pretende regular la materia duerme el sueño de los justos desde
hace un año [14]. Tanto ella como otros expertos consideran que esa
norma, la Ley de Comunicación Social, “no resuelve el problema” ni
cambia la viciada relación entre el poder y los medios. Entre las
propuestas hechas estaba la medición de audiencias por un organismo
independiente como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
La idea no prosperó.

 La rendición de cuentas arrojaría luz en oscuros casos. Como por
ejemplo, el pago de 4,9 millones de pesos (250.000 dólares) de la
Secretaría de Cultura a Grupo Radio Fórmula en febrero de 2018 para
promocionar los logros del Gobierno federal a lo largo de 19 días, de
acuerdo con un contrato al que tuvo acceso este periódico. Otro es el
pago del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al
periódico _Milenio_ por la transmisión de 20 cápsulas en 2017. El
instituto pagó al diario 4.5 millones de pesos. Esta operación no
figura en el informe de recursos autorizados por la dirección general
de normatividad de comunicación del Gobierno federal de aquel año.
Hasta el momento, la oscuridad sigue marcando la viciada relación entre
el poder y los medios mexicanos.

 EL PAÍS recibió durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto 5.626.000
pesos por publicidad oficial. En 2013 ingresó 887.000 pesos; 1.459.000
durante 2014; 600.000 en 2015; 1.448.000 en 2016; 989.000 en 2017 y
243.000 en 2018. El monto representa el 0.009% del dinero público que
la Administración del PRI dio a los medios. Llamadas:
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